sábado, 14 de diciembre de 2013

Viajes y Garbeos Literarios: Estambul de la mano de Orham Pamuk. Museo de la Inocencia.

Viajamos a Estambul con Museo de la Inocenia, la novela de Orhan Pamuk (Estambul, 1952). La primera publicada después de ganar el premio Nobel (2006). Qué hermoso es encontrar aún grandes novelas de amor y además ambientada en esa fascinante ciudad a medio camino entre oriente y occidente. El hecho de que se desarrolle en los años setenta y ochenta, la hace aún más atractiva e interesante.

Este "Museo de la Inocencia" narra el amor entre un hombre de treinta años llamado Kemal y la joven Fösun de dieciocho.
Es éste un blog de viajes y lo que llamo garbeos literarios, por lo que subrayo este aspecto viajero sobre el tema erótico principal en la novela.
La eterna Estambul es un privilegiado marco para un nuevo capítulo de la universal historia de encuentros y desencuentros del amor. Casi todo sucede en los renombrados barrios acomodados de la ciudad, por donde se mueve la clase alta turca, un ambiente particular en el que contrastan la riqueza y la miseria, el pasado otomano y la Turquía laica refundada por Ataturk; las vistas del Bósforo, el tipo de inmuebles unifamiliares donde vive la clase acomodada, los callados empleados que guardan en silencio las reglas del Islam, mientras los señores no van a la mezquita y beben alcohol a placer.
Son las contradicciones de Oriente, que antes se dieron en Teherán, y ahora en El Cairo o Alejandría, o en tantas capitales del mundo musulmán.
Hace años visité el Cairo y después Estambul, ciudades que poblaron de eróticas sugerencias mi fantasía adolescente, y debo decir que, al margen de las conocidas bellezas y atractivos que ofrecen al visitante, uno no se entera de nada de lo allí se cuece. Se tiene continuamente la sensación de ser un mero accidente turístico, algo impostado y futil, completamente al margen del complejo universo, del laberinto de pasiones que, no obstante, se intuye en cada rincón. Sin embargo, apenas se nos permite rasgar su superficie.  Por mucho que visitemos esas fascinantes ciudades de oriente nunca alcanzaremos siquiera a atisbar un ápice de su hermosa complejidad humana, de su alma oculta y profunda. 
La buena literatura se torna así el único medio para acercarnos a la comprensión de tan sofisticada realidad. Es por ello que recomiendo encarecidamente la lectura de este tórrido novelón de amor a la sombra de los espigados minaretes de la antigua Constantinopla, de esta genuina pasión turca y universal. Es una mirada oblicua sobre la ciudad. No encontraréis descripciones de Topkapi, Santa Sofia, la Mezquita Azul, o el Cuerno de Oro, pero allí están, dando amparo a los devaneos eróticos de la pareja protagonista.
Tanto si vais a viajar a la antigua Bizancio, como si lo habéis hecho ya, y guardáis como yo esa incómoda sospecha de no haber entendido un pijo, como diríamos en la soleada Coponía murciana, de haber pasado de puntillas por uno de los grandes escenarios de la experiencia humana,  la novela os brindará la oportunidad de sentiros partícipes del espíritu de esta hermosa ciudad y sus sinuosas pasiones.
Como casi todas las auténticas joyas de la literatura contemporánea, pasan sin hacer mucho ruido. Hace unos años que dejó de tener interés editorial y desapareció de los estantes de las librerías, pero aún puede encontrarse. En cualquier caso en la red se puede comprar o descargar en un minuto.
¡Buen viaje!

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