viernes, 11 de julio de 2014

El Consejo de Hombres no tan Buenos: un Patrimonio nada Inmaterial y altamente Lucrativo de cuatro listillos de la Huerta Murciana

El Consejo de Hombres no tan Buenos: un  Patrimonio nada Inmaterial y altamente Lucrativo de cuatro listillos de la Huerta Murciana

El jueves 10 de junio disfrutamos, los asistentes a un acto organizado en la Azotea por Podemos Murcia Abierta, de una ilustrativa presentación por parte de HUERMUR, esa bendita asociación para la defensa del patrimonio de Murcia, acerca de la rápida degeneración de uno de los espacios agrícolas tradicionales más singulares del mundo: la Huerta de Murcia. Se habló de varias cosas pero me quedo con una de esas surrealistas paradojas, tan murcianas ellas: que parte de los responsables de tanto desmán se sienten en un Consejo llamado de Hombres Buenos, considerado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, ¡ ahí es ná!
Esta mañana, con la fesca y desafiando los rigores del obsceno solazo murciano de julio,  he salido a preparar una ruta bicicletera por algunos de los desastres de nuestra huerta: los restos del destruido Molino de Oliver en Aljucer, las continuas escombreras a lo largo de la entubada acequia mayor Alquibla. He alcanzado la mota del río por Rincón de Seca y he cruzado el puente para llegar al de Beniscornia y así hasta la Noria de la Ñora con sus desvencijados cangilones. He vuelto a la ciudad siguiendo el curso de la no menos entubada Aljufia hasta el Molino del Amor: triste él, abandonado y acosado por obras y asfalto, y así de vuelta a Murcia por el muro del Malecón. Abatido, no sé si más por el calor o por la prueba de tanto desmán, me venía a la memoria aquel soneto de Quevedo. Y pensando en esas ”ruinas de la huerta mía”, no dejaba de irritarme el indecente desafuero que supone que presentemos al mundo el tal Consejo como buque insignia de nuestras entrañables tradiciones, cuando parte de los responsables de tanto destrozo y tanta incuria son hoy sus propios jueces, quienes más merecerían llamarse Hombres Malos. Y suena a chifla lo de ser considerados por la UNESCO, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.  Sí,  el Consejo y la Junta de Hacendados de la Huerta de Murcia, no es más que otra variante de lo que ya es un tema demasiado común en estas tierras: la zorra al cuidado de las gallinas.
Ellos son quienes han propiciado el entubamiento de la milenaria red hidráulica de la tradicional huerta murciana, un irreparable atentado contra el patrimonio natural y paisajístico. Recientemente Sigifredo Hernández,  presidente de la Junta de Hacendados, y a la sazón Presidente de este Consejo del Hombres no tan Buenos fue condenado a pagar una multa de 3.900 euros por tirar el mencionado Molino de Oliver, declarado BIC, al acometer obras de entubamiento en el entorno de la Alquibla. Que se sepa no ha sido cesado como juez del despitado Consejo.
Ellos son quienes han propiciado junto a responsables municipales y regionales del PP, el desastre urbanístico en que se ha convertido en pocos años la Huerta de Murcia.
Y ellos son quienes,  una vez agotado el negocio urbanístico, pretenden ahora lucrarse con la venta de nuestra agua a otras Juntas de Regantes,  previa autorización de la Confederación Hidrográfica del Segura ahora gobernada por sus allegados políticos. Millones de euros que controla este Consejo de no tan buenos abueletes en representación de unos 20400 regantes que ya hace tiempo dejaron de regar sus fértiles huertas para vivir de las migajas que les dejó el tsunami urbanístico. Al fin y al cabo para llenar la piscina de un impostado chalé de altos muros y neocatetas balaustradas tienen agua de sobra.